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Strike 3: El siempre doloroso "por poquito"

Strike 3: El siempre doloroso "por poquito"

Por: Michel Contreras

 

No es ilegítimo experimentar placer al escribir sobre derrotas, especialmente si tenemos como premisa que “el deporte trata de gente que pierde y vuelve a perder”, como enseñara Guy Talese. Sin embargo, esta vez me fastidia hacer leña del naranjo caído.

Me molesta, me jode, porque el revés ante los Navegantes, en lugar de parecerme heroico, digno o no sé cuántas cosas que he escuchado, me dolió más que el fracaso de la noche previa, y se me antoja mucho –muchísimo- más lamentable.

La razón es visible: los mexicanos de Hermosillo nos mantuvieron en un puño firme, pero ante Venezuela dio la sensación de que Villa Clara estaba en condiciones de anotarse una victoria en esta Serie del Caribe. Mas no pudo.

Decir “Cuba peleó” a manera de resúmen del partido, me suena tan autocomplaciente que prefiero no decirlo. Decir “hicimos el ridículo” tampoco estaría bien, por falso e insidioso. Pero cabe escribir: “Los tuvimos y nunca fueron nuestros”.

Los Turcos nos atacaron  muy temprano, echando todo el peso de su astucia sobre la temeraria designación monticular de un talento de 19 años. (El béisbol, no lo dude, es un deporte diseñado para el lucimiento de los veteranos). Así, Norge Luis Ruiz se vio impotente de capear el temporal en una breve aparición monticular que no alcanzó el tercio de juego, tras lucir muy regado en sus envíos y lo que es peor, demasiado slider-dependiente cuando su arma principal es -y tiene que ser siempre, mientras tire a 95 mph- la recta.

Sin embargo, Villa Clara no se hundió. El encuentro se había puesto 6×1, había presagios de naufragio, pero el equipo dio la cara en un dilatado quinto inning que lo metió de nuevo en el score, 6×5. La reacción la encabezó el siempre correcto Yordan Manduley con un triple que empujó par de carreras, y la extendió el vilipendiado Yuliesky Gourriel con un doblete que justificó su vuelta al tercer turno del line-up.

Fue justo en ese instante, cuando Cuba cerró la pizarra, que salieron a relucir las carencias de la escuadra. Ya habían explotado Norge Luis y Jonder, y ante la poca fiabilidad de su bullpen, el cuerpo técnico optó por mantener en el box a Yosvani Pérez y relevarlo luego por Diosdani Castillo, dos figuras que no estaban en los planes iniciales para desafíos reñidos. Era hora de traer a los cinchetes, pero no los había. Entonces quedó claro: el staff de los Naranjas dispone de eficacia para el nivel “Serie Nacional de Béisbol”, pero no está a la altura del nivel “Serie del Caribe”. Ni ese, ni el de Pinar del Río, ni el de Artemisa, ni el de ningún equipo del país. Puede que ni siquiera el del team Cuba.

A la postre, volvimos a dejar de hacer lo necesario. Por ejemplo, en el octavo inning hubo hombres en primera y tercera sin out, pero el batazo salvador no apareció. Y, por ejemplo, no se sustituyó a Borrero por un corredor, y Borrero trató de anotar sin deslizarse y no anotó. Y además aguantamos hasta lo indecible a Castillo, que vive una campaña desastrosa, pudiendo abrir la entrada con Vicyohandri Odelín. Y (es una preferencia personal, pero los números la justifican) se optó otra vez por Silva como emergente número uno, teniendo a Danel Castro en el dugout.

¿Ganó el mejor? Sí, claro. Ganó Venezuela, que copó sus flaquezas desde el box con una caravana de pitchers cerradores -cada uno con su respectivo cañón en la muñeca-, hizo un par de fildeos imprescindibles con los guantes de Adonis García y Mario Lisson, y dio el hit oportuno y el fly de sacrificio requerido.

Ganó Venezuela, el anfitrión, y en Nueva Esparta suenan los tambores. En cambio, Villa Clara (o lo que es lo mismo, Cuba) se va quedando muda.

Positivo: La viril remontada del quinto episodio, probatoria de que el equipo no se achica ante los marcadores ni la sede. Negativo: El pitcheo abridor hizo aguas por segundo día consecutivo. Preocupante: ¿Quién abrirá hoy ante los poderosos Tigres del Licey? Incomprensible: La pasividad de Borrero en la jugada en home.

Fuente: CUBADEBATE

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