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Strike 3: Un trabajo para Auguste Dupin

Strike 3: Un trabajo para Auguste Dupin

Por: Michel Contreras

 

Algo extraño sucede en esta Serie. No me refiero a esos detalles misteriosos que gravitan en su órbita (el mutismo de las gradas, por ejemplo), sino a lo estrictamente deportivo. Cosas que escaparían a la pericia deductiva de Dupin, y a la credulidad ilimitada de un infante.

Y no lo digo por la tabla de posiciones, no. A fin de cuentas ahora mismo responde esencialmente a los pronósticos de este comentarista, con el núcleo de los más potentes (Industriales, Matanzas, Villa Clara, Ciego de Ávila, Pinar) en zona de clasificación, el ascendente Holguín colado en la reyerta, y Santiago y Artemisa afincando las piernas para no retroceder.

Ni siquiera lo digo porque Sancti Spíritus, aparentemente destinado a algún boleto, vaga sin brújula ni orgullo por el fondo de la tabla; o porque Mayabeque ha comenzado como yo no esperaba que empezara. La Serie aún es muy joven, falta mucho aguacero por sellar desafíos de consumación incierta, y hasta puede que baje el milagro que pedía Varela, o se cumpla la carga tremenda de Rubén.

El misterio a que hago alusión es de tipo estadístico, y para exponerlo (que no desentrañarlo) me voy a concentrar en las novenas de Villa Clara e Industriales. Preguntas mediante, ahí se lo dejo…

¿Cómo es posible que, a la vuelta de unos meses, los Naranjas pasaran de no dar dos hits seguidos a ser el equipo que más batea en el campeonato (300), con el mejor índice de embasado (401) y un slugging de 399, apenas superado por el de –oh, enigma insoluble- Mayabeque?

¿Y cómo pudo ser que los Naranjas, tan pitcheo-dependientes en la campaña previa, se aparezcan ahora con uno de los peores promedios de efectividad de la contienda? Ya sé que se quedaron sin Misael Siverio, y que el ojo de Manso no vela por los entrenamientos del staff, pero de todos modos es difícil asimilar el dato.

Voy con la parte azul del acertijo. ¿Quién entiende que la batería de Industriales (Yuliesky, Tomás, Malleta, Stayler…) esté penúltima con pálido average de 227? ¿Y cómo alguien me explica que un cuerpo monticular maltrecho e inexperto sea, rebasada la cuarta parte de la eliminatoria, el más brillante de la justa con solo 1,69 limpias por encuentro? Porque José Elosegui es un gran técnico, está claro, pero no un mago uniformado.

Son preguntas para las que no tengo una respuesta convincente. Algunas pistas hallo, es cierto, pero no me bastan. Mientras tanto, pienso en la teoría del absurdo y sigo viendo, con pasiva quietud, esta Serie kafkiana donde Batman se ríe con la risa del Joker.

Fuente: CUBADEBATE 

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