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Strike 3: Yo prefiero la pradera y la ciénaga

Strike 3: Yo prefiero la pradera y la ciénaga

Por: Michel Contreras

 

Cerca ya de iniciarse los play offs semifinales (Cienfuegos versus Villa Clara desde el sábado, Sancti Spíritus contra Matanzas a partir del domingo), es hora de pronósticos. Y pese a que ninguna de las dos pulseadas tiene un claro favorito, se me antoja que Elefantes y Cocodrilos serán los ganadores.

No voy a apelar a los datos puntuales. No harán falta demasiadas precisiones estadísticas para sostener mi criterio, apoyado más en argumentos anímicos y ambiciones deportivas que en la fría –aunque siempre esclarecedora- ciencia de los números.

Villa Clara se defiende muy bien –pitchea como nadie, fildea como pocos-, pero apenas ataca. Y eso puede costarle la vida ante un Cienfuegos que ha crecido muchísimo en los últimos años, con todo y las pérdidas, por diversas razones, de Yasiel Puig, Adir Ferrán y Osvaldo Arias.

Porque a estos Elefantes hay que tenerlos siempre en jaque si se pretende apaciguarlos. Su montículo no es nada despreciable –Entenza, el inspirado Jorge Hernández, Norberto, el zurdo Leyva, Bicet, Socarrás, Ibarra…-, en su línea central aparecen figuras como Arruebarrena y el talentoso Ricardo, y a la hora de usar el madero, el equipo dispone de un hombre que marca diferencias abismales.

José Dariel Abreu, el mejor bateador de esta pelota a día de hoy, está flanqueado ahora por dos hombres de muñecas poderosas, Ernesto Molinet y William Luis, desaforado en la segunda vuelta de la Serie. Y si a eso le sumamos los aportes de Pavel Quesada y Yoelvis Leyva, se despejan las dudas sobre por qué Cienfuegos –que lideró con autoridad la clasificación general- sale como el equipo a derrotar en este duelo.

Más polémico, a todas luces, es el otro vaticinio. De un lado está el potente Sancti Spíritus, donde estrellas como Yuliesky y Cepeda tiran de un carro que tiene un tripulante distinguido en el derecho Ismel Jiménez, ayudado en este tramo de torneo por el ascendente camagüeyano Norge Luis Ruiz. Pero resulta que del otro, con menos experiencia y superiores ímpetus, está un Matanzas que encuentra paliativo a sus carencias desde el box en el bateo encabezado por José Miguel Fernández.

Cierto: solo Joel Suárez ha sido verdaderamente dominante desde el box yumurino. Mas el equipo ha ido sorteando el handicap con ese plus incalculable que deriva de la mezcla entre codicia y juventud. Un plus que Víctor Mesa, manager motivador donde los haya, le alimenta a diario al grupo.

Para mí, por las características que adornan a cada uno de sus contendientes, este será un encontronazo que podría definirse en sus primeros dos encuentros. Me explico: si Matanzas consigue por lo menos un triunfo en el Huelga, la historia del dual meet podría quedar escrita a su favor. A los Gallos, lo creo firmemente, les hace falta –mucha falta- imponerse en ese par de desafíos en sus predios.

A la espera de que el tiempo me dé la razón o destroce mis cálculos, lo dejo con algunas valoraciones sobre el papel jugado por los refuerzos en el segmento que recién finalizó. Pero antes, satisfago la curiosidad de unos cuantos lectores: a mí me sigue gustando la idea de que los equipos puedan convocar a peloteros de otras provincias -toda vez que el criterio de territorialidad me parece obsoleto y aberrante-, aunque pienso que debe limitarse el número de jugadores a solicitar en una temporada. Porque la libertad no es el libertinaje, claro.

Villa Clara: Les sacó más lascas que ningún otro plantel. Jonder Martínez volvió a ser el pitcher de sus años mozos y estampó guarismos excelentes, con 5-0 y tres salvados en la etapa. Encima, Edilse Silva le pegó con saña a la pelota, y Dairon Varona y Yordan Manduley se mostraron cumplidores. Tan solo Danel Castro lució intermitente.

Cienfuegos: Los tres refuerzos ofensivos le rindieron bastante, sobre todo William Luis cumpliendo la tremenda misión de “tapar” a José Dariel. Molinet, sin estar mal, se quedó por debajo en slugging, y Ricardo llenó el hueco dejado por Ferrán y Arias. Alberto Bicet y Yormany Socarrás estuvieron aceptables con las serpentinas.

Sancti Spíritus: La trágica muerte de Yadier Pedroso, junto a las ausencias de Giorvis Duvergel y Alexander Ayala, limitaron notablemente el potencial de los reclamos de Yosvani Aragón, quien había salido bien parado de la petición de refuerzos. Luego, para colmo, Danger Guerrero nada tuvo que ver con el catcher ofensivo de la mitad inicial. Mas los jóvenes lanzadores Norge Luis Ruiz y Yasiel Sierra (entre ambos, 7-3 con seis salvamentos) le sacaron al mentor las castañas del fuego.

Industriales: Es falso –e insidioso- proponer que la eliminación azul esté directamente relacionada con el rendimiento de sus refuerzos. Verdad, Carlos Juan Viera no pudo justificar la fama de que venía precedido, y tampoco Yoelkys Cruz se pareció al que fue en otras campañas. Pero todos  rubricaron buenos promedios –con el prometedor Ariel Miranda a la vanguardia-, y su eficacia rebasó con creces la del grupo de monticulistas originales del equipo.

Pinar del Río: Admito que Alfredo Despaigne no llegó a ser la máquina de producir carreras que esperaba la provincia, pero de ahí a decir que no pesó va un trecho. El granmense fijó un altísimo average a la postre, al tiempo que Orlando Lavandera hizo –poco más o menos- lo que se le exigía. En cambio, los refuerzos de pitcheo no aguantaron el peso de tanta responsabilidad, exceptuando a Alain Tamayo (4-2, 5 puntos por salvados, PCL de 2.22).

Isla de la Juventud: La lesión de Alexei Bell quebró el vigoroso mecanismo atacante que planeaba conformar Armando Johnson, quien posteriormente apenas extrajo dividendos a la convocatoria de Joan Carlos Pedroso. Las desgracias pineras se incrementaron cuando el zurdo Yuliesky González no ayudó lo suficiente y José Ángel García apenas hizo cruces positivas. Eso sí, el consistente Yordanis Samón desforró la Mizuno en aras de una causa que, de todas maneras, naufragó.

Ciego de Ávila: Al equipo le faltaba poder ofensivo, justo aquello en lo que Dainer Moreira y Maikel Cáceres menos podían contribuir. Eso, aparejado a la molestia que sacó de rotación a Danny Betancourt y al pésimo momento de forma de Leandro Martínez, dejó buena parte del mérito de los refuerzos avileños en Miguel Lahera (5-3, seis salvamentos, PCL de 3.19).

Matanzas: Por su roster desfilaron numerosas figuras, pero ninguna dio la talla. Delá se quedó corto, Darién Núñez fue bateado, Alexander Rodríguez sufrió dolencias en el brazo, Pablo Millán no halló la ruta de la estabilidad… Y el único bateador solicitado, Maikel Castellanos, casi no se hizo sentir. Poco, poquísimo jugo le sacaron los Cocodrilos a la opción de reforzarse.

Fuente: CUBADEBATE

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