Strike 3: Confirmaciones y hallazgos
Por: Michel Contreras
Sobre el béisbol, los números ejercen un influjo que no alcanzan a imponer sobre ningún otro deporte. Prácticamente todo se contabiliza en el diamante, como no sean las veces que el bateador escupe, o las que el pitcher acomoda la tierra del montículo.
El resto de lo que acontece consta en hojas de anotación. Y aunque uno no puede fiarse por completo de las estadísticas -cuya invariable frialdad puede desembocar en verdades de hielo-, más vale que les otorgue un, cuando menos, generoso margen de fiabilidad.
Obviamente, unas son más contundentes y creíbles que otras. Por ejemplo, las de jonrones e impulsadas, las de ponches propinados y average adversario… Y en ellas, salvo excepciones muy excepcionales, suelen mandar los mismos, los mejores, sin dejar mucho sitio para atrevimientos e intrusiones.
Me lo corrobora la relación de lideratos de la presente Serie Nacional, cuyo tramo inicial terminará en una semana. Apenas dos, tres, cuatro semidesconocidos asoman la cabeza entre una constelación de nombres consagrados, que en prueba de su poderío y ambiciones copan los principales departamentos ofensivos y de pitcheo.
Porque la tradición prima en el béisbol. Y los peloteros se acostumbran a ser dueños de este o aquel espacio. Por eso no es sorpresa que Dainer Moreira sea el primero en hits, ni tampoco que Irait Chirino, Yulieski Gourriel y Ramón Tamayo marchen a la vanguardia en anotadas.
Mucho menos inesperado es que Alfredo Despaigne y José Dariel Abreu pulseen en cuadrangulares, en reedición de un duelo que se va haciendo habitual como antes lo fueron los de Cheíto y Muñoz, o más recientemente, en Grandes Ligas, los de Sosa y McGwire (curiosamente, en cada uno de esos dual meets contendían un hombre alto y atlético y otro pequeño y corpulento).
Pasa igual en slugging, en bases recorridas, en carreras empujadas… O en ponches propinados, donde Ismel Jiménez, Vladmir García y Odrisamer Despaigne regresan por lo suyo. Generalmente, casi todo el botín es para un grupo de privilegiados que, un año sí y otro también, gobiernan el torneo.
Aunque, claro, siempre habrá revelaciones. Que son un elemento que valoriza enormemente el campeonato. Y para no romper el hábito, desde el box están los casos de Raicel Iglesias, Carlos Juan Viera y Yoanys Quiala, aparejados a un veterano que despega en serio como Wilber Pérez. Y con el madero brillan sobremanera José Miguel Fernández, Dairon Varona y Yasmani Tomás.
Tal es la eterna realidad de la estadística ligada al béisbol. Ratifica las más de las veces, pero también descubre.
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