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Flashazos de postemporada

Flashazos de postemporada

Por: Michel Contreras

En un juego bordado con el hilo inefable del infarto, Industriales venció in extremis a Ciego de Ávila y logró su primera victoria en el play off que determinará al campeón insular de esta campaña. Fue otro duelazo entre Odrisamer y Vladimir. Fue otra batalla. Vámonos ya con los highlights…

El llamado de la selva: Anoche, Jack London se habría sentido orgulloso de los Industriales. Todo obraba en su contra, excepción hecha de su instinto ganador. Industriales iba perdiendo por dos en el noveno, con  en el box y unas tribunas desbordadas por recientes aguaceros de victorias. Muchos habrían capitulado en tales circunstancias. Sin embargo, los hombres de azul -que habían desperdiciado varias ocasiones propicias- se amotinaron contra el pitcher moronense en el noveno, Torriente, Rudy Reyes y Malleta rubricaron sus terceros indiscutibles del encuentro y provocaron el reemplazo en el montículo. De inmediato, Serguei Pérez falló contra Yander Guevara, pero Urgellés probó que “grande es grande” con un teledirigido hacia la izquierda. Después llegó el empate con el sacri-fly de Tabares, y más tarde, en el décimo episodio, la carrera del gane y el cierre autoritario de Romero. Parafraseando al legendario Yogi Berra, un león no muere hasta que muere.

Tiendecita de horrores (los habituales “yo no entiendo”): El partido fue un fresco de la naturaleza humana, con aciertos y yerros, aromas de conquista y descalabro, sombras de Aracataca y luces parisinas. No es majomía, es que hay cosas que no alcanzo -ni alcanzaré- a explicarme. Por ejemplo, no sé por qué Tabares se empecinó en hacerle swing a los primeros envíos de Vladimir, y mucho menos puedo comprender por qué lo hizo Frank Camilo. Tampoco entiendo cómo Lisdey Díaz “soltó” la Mizuno tras un tiro que le llegó con tiempo para aferrarse a ella con manos y con dientes (¡qué brazalete tiene ese Castillo, por tu vida!). Ni me explico el motivo para no tocar con Serguei Pérez en la novena entrada -el fantasma de la doble matanza voló entonces por el cielo del Cepero-, ni la razón para sacrificar a Mario Vega a sabiendas de que luego transferirían a Rusney, motor, chasis y gomas de la ofensiva de los Tigres. Yo no entiendo -de veras yo no entiendo- que Vladimir siempre tenga que caminar las nueve entradas, aun cuando su velocidad haya disminuido varias millas y deba hacerle frente a la llamada tanda alta del contrario. Ni conozco el porqué tanta bola se convirtió en strike para el umpire, ni comprendo que Irakli sea emergente por encima de Tomás y de Correa, que están “más en bola” y gozan de más poder. (He escuchado decir que en ese momento no era necesario un jonrón, porque la diferencia era de dos carreras. ¿Cómo que no, pregunto, si en un juego cerrado el jonrón siempre hace falta? Aunque sea para descontar, pero hace falta).

Vítores y encomios: Dio en el clavo la dirección capitalina al designar a Odrisamer para el partido, y también al abrirle un espacio a Urgellés en el line up. Bien por Tabares en su corring temerario hacia el home plate, apelando al recurso más lindo del béisbol latino, que es el juego chiquito. Y anótenle un salvamento a Rayko, cuyo fildeo en el quinto conjuró la (tal vez definitiva) ampliación de la ventaja avileña. Por último, toda mi admiración para los pitchers abridores, que pese a no gozar del extra en sus envíos, rompieron monte a golpes de coraje y suficiencia.

Ciego, valeroso: Todo sea dicho, porque tenemos el mal hábito de ver siempre la viga en el ojo de los derrotados. Y no señor, no puede ser así con Ciego, que perdió (ciertamente perdió un juego que le otorgaba el campeonato) pero nunca dejó de dar la cara, y todo el tiempo pareció estar a gusto en el terreno, sin caras largas ni complejos fatuos. A todo lo largo y ancho del play off, Ciego se ha parecido a Santiago. Y, también, a Industriales. Me deja la impresión de una novena acostumbrada a levantar trofeos. Así se comportó contra Las Tunas, cuando muy cerca estuvo de la muerte y remontó con una seguidilla de tres triunfos. Y ante Granma, al que le recetó unas cuantas dosis de su propia medicina. Y ahora mismo, versus los Industriales, a los cuales amordazaron en un Latino lleno de gargantas y cornetas adversarias.

Juego de tronos: No lo dude: lo que estamos viviendo es el play off de los zarpazos. Hay dos fieras que han saltado a la arena, tienen hambre y un orgullo viril que defender. Leones y Tigres. Tigres y Leones. Ambos sienten que el título es una hembra en celo, y van por él. Correrá sangre…

Fuente: CUBADEBATE

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