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Normando Hdez

¿Y la culpa de quién es?

¿Y la culpa de quién es?

Por: Jorge Antonio Rodríguez Vilar

 

Llegaba la última entrada y los ánimos estaban caldeados. Unos porque estaban debajo en el marcador. Otros porque la ventaja era demasiado pequeña para un equipo tan grande.

La tensión se sentía en las gradas, lo mismo se oían gritos exasperados para un bando, que suspiros como almas aferrándose al cuerpo.

Dos out en el marcador, hombre en segunda. Lanzamiento. Una conexión que caería en terreno de nadie. Se pone a prueba brazo y velocidad. Dobla por tercera, dándolo todo. El tiro, el corredor y… Allí mismo se formó. Nunca sabremos a ciencia cierta qué fue. Los narradores de la televisión solo dicen frases que no aclaran nada: Estaba chiquita, a mí me parece…, este no es el mejor ángulo.
Pero sin dudas la más trillada, manida y mal traída de todas: “Imagínense, son seres humanos y tienen derecho a equivocarse”.

Pero acaso a un médico se le perdona un trabajo mal hecho. O a un abogado que encierre sus errores, al arquitecto que la casa quede mal construida, o a un periodista que ponga una s donde iba una c, etc, etc…

Para nada. Entonces por qué se trata con mano blanda las equivocaciones de los árbitros. Al final ese es su trabajo y si lo hacen mal hay que juzgar con mano dura.

Y no estoy negando su condición de humanos. Tienen derecho a equivocarse, pero ¿tan seguido? Todos seguimos el béisbol en nuestro país, aunque digan que no. Y en más de una ocasión nos hemos encontrado con jugadas tan claras que no entendemos como pueden ser interpretadas de manera errónea.

Díganme, ¿si la culpa no es de ellos?, entonces quién la carga. La dejamos caer al suelo y de paso seguimos permitiendo que continúen convirtiéndose en foco de atención, antagónicos, robándoles el show a los verdaderos protagonistas.

¿Qué hacer entonces? No sé. Es más, creo que ustedes tampoco saben. Solo podemos lanzar conjeturas. Que si cambiando esto o aquello. Más mano dura. Pero en verdad no somos nosotros los que tenemos que decidir, aunque sí los que sufrimos. La determinación tiene que venir de instancias superiores, aunque no sé qué pasa pues no acaban de tomar una determinación… Me estoy desviando y metiéndome en terreno pantanoso.

Hoy estoy contento. Sin importar que colores defiendan, sé que esto afecta a todos, y no podré ser tildado de parcialismo. ¿Qué hacemos con la culpa si no se arregla el problema?

Fuente: CUBADEBATE

 

 

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