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Strike 3: Enigmas beisboleros

Strike 3: Enigmas beisboleros

Por: Michel Contreras

 

Que el béisbol es, como la vida, algo imposible de explicar con lujo de detalles y sin rango de equivocaciones, acaban de confirmarlo por enésima ocasión los Elefantes cienfuegueros de la Serie Nacional.

Mire usted: los hombres de Iday Abreu empezaron el campeonato con el áspero reto de enfrentar a tres lanzadores del team Cuba. Sin embargo, la manada encontró el modo de doblegar la oposición.

Primero, aplastaron impunemente a Miguel Alfredo y vencieron con score de 9×1. Luego, la víctima fue el zurdo Yuliesky, quien sufrió pizarra adversa de 6×3. Y por último acabaron con Lahera, en partido que cerró por la vía de la lechada (6×0).

Ante el mejor pitcheo del país, los sureños rubricaron promedios de once hits y siete anotaciones por encuentro. Para decirlo en clave popular, estaban “a su aire”.

Pero entonces sucedió lo inexplicable. Lo que nadie podía presagiar, pues un staff maltrecho como el de Guantánamo, cien años luz distante de la calidad del de Artemisa, les amarró la trompa con un nudo invencible.

Resumámoslo: Cienfuegos solo fabricó cuatro anotaciones y sonó una docena de imparables en toda la subserie ante los Indios, que vieron convertirse en súbitos caciques a Yoenni Turcás, Frank Navarro y Lander Moreira.

(Digo “súbitos” porque Turcás lanzaba para 6,04 limpias por juego en tres torneos nacionales previos; Navarro, para 5,13 en seis; y Moreira, para 5,95 en cuatro).

En esos tres choques, la artillería gruesa de Cienfuegos -esto es, del tercero al quinto bates- apenas logró cuatro hits en 28 turnos oficiales. Y en el caso específico de José Dariel Abreu, falló en diez oportunidades sucesivas.

Aquello fue un mazazo. Inesperadamente, el slump ofensivo hacía su agosto en las filas de los paquidermos, que a seguidas parecieron inermes ante Holguín. Esa vez, su verdugo fue un jovenzuelo de 19 abriles llamado Raimar Navarro, quien caminó a ritmo de conga los nueve episodios de rigor.

(Otro paréntesis: Raimar Navarro nunca había lanzado una lechada a este nivel, y exhibía un elevado PCL de 5,48. Pero el muchacho sometió a la tanda alta, que se fue de 10-1).

Es decir, que Cienfuegos expulsó -literalmente, expulsó- del montículo a tres pitchers estelares, y después resultó manso cordero frente a cuatro abridores sin renombre.

Es decir, que a la pelota vale más no buscarle las costuras.

Nota: Ayer, los Elefantes volvieron a embestir como les corresponde. Entre sus 14 hits hubo cuatro bambinazos, y la medular del line up conectó de 14-6, ahora con Yoelvis Leyva como tercer madero. Al parecer, pasó el mal rato. Lo difícil es responder con acierto a una pregunta: ¿qué les sucedió en los cuatro juegos anteriores?

Fuente: CUBADEBATE

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