Leinier hizo ruido......y comió nueces

Por: Michel Contreras

 

El Gran Maestro Leinier Domínguez acaba de firmar, si no la más sensacional, por lo menos la actuación más contundente de su carrera ajedrecística, al terminar la brega en el Campeonato de España de Clubes (División de Honor) con un performance rating extraoficial de 2959 puntos.

El cubano acumuló cinco de seis unidades posibles en el primer tablero del equipo vizcaíno Sestao Naturgas, luego de enfrentar a contrincantes con una media ELO de 2686, entre ellos los muy cotizados Ruslan Ponomariov, Paco Vallejo y Alexey Dreev.

Así, según el estadístico Romelio Milián, Leinier habría sumado un total de veinte rayitas a su coeficiente, lo que lo catapultaría a un record personal de 2732 en el escalafón de enero próximo. (Hasta el momento, el tope del güinero es de 2721, alcanzado en abril de 2009).

Inicialmente, la vanguardia del Sestao Naturgas sería defendida por Hikaru Nakamura, pero el as norteamericano estaba comprometido con asistir al fortísimo torneo moscovita Memorial Tal, finalizado hace muy poco. De manera que Leinier debió asumir la vacante, y se saltó el libreto con un brinco inolvidable.

Tirando del carro de la escuadra, como le corresponde a los grandes, el criollo ganó sus tres partidas con trebejos negros (algo inusual en él), y remató con triunfo y dos empates sus encuentros al comando de las piezas blancas.

Al parecer, tenía el biorritmo -léase forma deportiva, léase autoestima- por los cielos. Se le notó reacio a aceptar tablas sin lucha, esta vez el reloj no consiguió ponerlo en crisis, y de nuevo exhibió una técnica exquisita para conducir el juego en los finales.

Básicamente, dependió de su adorada Grunfeld y de la Apertura Inglesa, añadida a su repertorio en los últimos tiempos. No obstante, igual supo triunfar con la India de Rey versus el “hueso” armenio Gabriel Sargissian, y en la ronda de cierre se acordó de su viejo amorío con 1. e4 para igualar ante el ex campeón del mundo Ponomariov.

Fue, realmente, un coloso. Para mí, superior inclusive a aquel Leinier de 2004 que ancló quinto en la Copa universal de Trípoli. O al que en 2006 se coronó en el Magistral de Barcelona con un rendimiento de 2936. O al que olisqueó la gloria tres años más tarde en Wijk aan Zee, un certamen de categoría XIX donde batió a los mismísimos Levon Aronian y Alexander Morozevich.

PASO A PASO

El Ídolo de Güines arrancó a todo tren con victoria sobre el ruso Dreev, quien le había derrotado par de veces. El europeo estuvo delante durante la mayor parte del cotejo, pero cometió una serie de sucesivas imprecisiones que Leinier aprovechó de maravillas hasta dar el golpe mortal con 61…Tc2+. Ese fue el punto de giro del duelo: el cubano arrasó con los infantes de Dreev, coronó el suyo por la columna “a”, y su rival debió rendirse ante el mate inminente.

Luego echó mano de la Inglesa frente al local Vallejo, y a tenor con Fritz 11, cometió un error (26.h4?) que al rato lo forzó a caer en desventaja material. Sin embargo, desde ese momento optó siempre por la defensa exacta, y poco a poco se diluyó la superioridad del menorquín.

Tercera ronda. Con negras ante Sargissian, Leinier desdeñó la habitual 10…Af5 y se inclinó por 10…Cbd7. A la altura de la vigésima movida, el criollo ya gozaba de evidente predominio, y su superioridad en las postrimerías -torre contra alfil- apenas le exigió un poco de técnica para imponerse.

A seguidas, trabajó intensamente para derribar el muro del ucraniano Sergey Fedorchuk, que perdió toda esperanza tras equivocarse con 44…Df6. Y en la quinta jornada, cara a cara con el indio Pentala Harikrishna, tomó la iniciativa con 25…Ab4, logró una pareja de alfiles contra alfil y caballo del contrario, avanzó un peón hasta la séptima fila, y la asfixia hizo presa del rival.

Solo restaba la pulseada conclusiva, con un reto de máximo rigor. No obstante, aunque Ponomariov evitó la teoría con 20…h5 en lugar de 20…h6, nunca dio con la brecha para entrar en el castillo de Leinier.

Si alguien duda todavía del nivel de este evento celebrado en la norafricana Melilla, baste con mencionar otros de los nombres que lidiaron allí: Alexei Shirov, Etienne Bacrot, Maxime Vachier-Lagrave, Anish Giri, Rustam Kazimdzhanov, Baadur Jobava, Viktor Bologan, Miguel Illescas, Parimarjan Negi…

Entre tantas figuras -me erizo al escribirlo-, ninguna pudo brillar más que Leinier.

Fuente: CUBADEBATE