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Normando Hdez

Strike 3: "Agobios y alegrías".

Strike 3: "Agobios y alegrías".

Lo que se terminó fue la Serie Nacional, pero no el Béisbol, ni tampoco las mil opiniones que generó el torneo. Por ahí, como esquirlas de granada, han quedado dispersos estados de ánimo, imputaciones y delirios, encomios y lamentos. Por ahí todavía está la Serie, aunque no sana, salva.

Luz y mancha es el Sol. Como pasa también con muchísimas obras humanas. Entre ellas, nuestro venerado campeonato de pelota…

Mientras espero por que eche a andar la maquinaria de selección del team Cuba -ojalá que esta vez no sea tan inquietante y silenciosa- hago balance de lo que vi en la Serie. Un balance que ni me satisface, ni me espanta.

Rostros nuevos salieron a escena. Figuras de bronce que mañana podrían ser de oro. Peloteros como Rusney Castillo y Yasiel Puig, Yadir Rabí, Urmaris Guerra y Dariel Álvarez, Jorge Luis Barcelán y Dayán Lazo, Julio Alfredo Martínez y Lorenzo Quintana.

Otros más conocidos -varios con mucha brega en las espaldas- recordaron que aún le queda cuerda a sus relojes. Usted sabe: hablo de Cepeda, Fiss, Abreu, Despaigne, Céspedes, Pedroso, Duvergel, Malleta, Michel Enríquez, Duarte…

Hubo equipos -sobre todo Pinar y Cienfuegos- que daba gusto verlos, por compactos y alegres. Y equipos que a falta del pan del pitcheo, tuvieron que echar mano del casabe ofensivo para sobrevivir a tanto viento. El mejor ejemplo: Granma.

El pitcheo, caramba… Esa nota sonó casi siempre confusa, porque pocos pudieron blasonar de saber cómo pulsarla. En el box se concentra el agujero negro de este Béisbol, y a corto plazo no hay señales de recuperación.

(Demasiados equipos requieren demasiados abridores. Y no los tenemos. De manera que voto, las dos manos arriba, por reducir la cantidad de contendientes en el máximo nivel de esta pelota. La cifra mágica, lo creo, es seis).

Igual me gustaría poder cambiar los bates, porque usamos modelos con dinamita dentro. Pero claro, comprendo que la parte económica juega aquí su papel de camisa de fuerza. Justo es lo justo: eso no está en las manos de la Comisión.

En cambio, la entidad beisbolera del patio sí puede garantizar calendarios que no requieran detención -el anticlímax del play off apagó muchos fuegos y pasiones-; organizar un Juego de Estrellas a la altura de un Juego de Estrellas -de lágrimas el que vivimos este año-; ofrecer más detalles sobre el porvenir del Latino, y exigir más a los árbitros, y poner hincapié en la designación de mánagers capaces…

Flaco favor le hacemos al Sol si le decimos que no quema.

Fuente: CUBADEBATE.

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