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Normando Hdez

La guerra hirió profundo al olimpismo.

Durante los Juegos Olímpicos de la antigüedad, las rencillas entre los griegos dormían, se interrumpían los combates. Había paz, digamos deportiva. En el siglo XX, las conflagraciones los harían aplazar tres veces.

La Primera Guerra Mundial frenó el desarrollo del certamen. Berlín iba a ser sede de los VI, mas aullaron los fusiles en busca de un nuevo reparto del mundo. Existió un silencio atlético para que gritara la artillería; tras los cañonazos, los intereses monopolistas. De la oscuridad, la luz: Lenin, los bolcheviques, la Revolución de Octubre, mientras la bestialidad sembraba la muerte.

Amberes 1920. Séptima gran cita. Se dejó de efectuar la anterior, programada para 1916. ¿Cuántos deportistas perdieron la oportunidad de ser campeones del clásico porque la guerra impuso la tregua a los músculos? ¿Cuántos cayeron? ¿Cómo no iba a ser lesionado el deporte si todo resultó fustigado por la política imperialista: los intereses económicos y de explotación en el centro? ¿Cómo dar la espalda a estos hechos - y hay más- demostrativos de que los enemigos de la cultura física son los mismos enemigos de los pueblos?

Alemania, derrotada, no pudo asistir a la lid por situación y cierto castigo; la URSS, recién nacida, tampoco. Apertura. Agosto 14.Un minuto de silencio por los caídos. Dos mil palomas en el espacio. Temprano, en la catedral, se entonó un De Profundis para recordar a los deportistas fallecidos. En todas las ceremonias, la paz era petición unánime.

En Berlín 1936 mancillaron el undécimo certamen de este tipo: los nazis lograron confundir, en buena medida, su saludo con el olímpico. A pesar de todos los esfuerzos en contra, el racismo y la propaganda a la superioridad aria mancharon la justa aunque existió un puñetazo noqueador, el del atleta negro norteamericano Jesse Owens: con sus cuatro medallas de oro le arrebató la Olimpiada a Hitler.

Los fascistas y el rejuego asqueroso de otros imperios  traerían la Segunda Guerra Mundial, que había mostrado el rostro en el gran torneo de la capital germana. Sin realizar la duodécima y décimo tercera ediciones. Londres albergó la XIV en 1948, los Juegos de la austeridad, del Hambre o la Miseria como se le llamó porque la capital inglesa, el planeta, todavía sufrían las laceraciones causadas por el salvajismo.

Otras posibilidades bélicas han golpeado con posterioridad al olimpismo; choques, antagonismos, con los imperios en el centro del problema, han hecho daño- ¿dónde no?- y han burlado la concepción humanista de su rescatador, Pierre de Coubertin.

Londres 2012 en el horizonte. Antes, habrá que derrotar los aires y acciones guerreristas impulsados por ambiciones semejantes a las que condujeron a las dos contiendas mundiales. Todos los seres humanos honestos deben unirse para evitar la tercera que amenaza con traer el fin de la humanidad y, claro, del olimpismo. Luchemos para aguantar las manos de los supereaccionarios.

En cuanto a lo deportivo, este periodista lo expresó cual colofón de un escrito titulado ¿Quiénes ligan el deporte con la politiquería? (1981): “Por encima de los antihumanos, el olimpismo saldrá vencedor de cualquier reto. Eso sí, las agresiones al deporte, a los ideales positivos de Coubertin, desaparecerán cuando venzamos definitivamente a los enemigos de la paz y de los pueblos”.

Fuente: Víctor Joaquín Ortega y CUBADEBATE 

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